- - Tras dos años de pandemia la ciudadanía podrá disfrutar de los festivales sin ningún tipo de restricción por la COVID-19
- - El secretario de Turismo del PSPV-PSOE, Frances Colomer, remarca la importancia de estos eventos veraniegos como motor turístico de la Comunitat Valenciana
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus lastró también el calendario de festivales de la Comunitat Valenciana. Ahora, tras dos años condicionados por las restricciones, llega el momento del renacer de estos eventos marcados en rojo en el calendario.
Tras el pistoletazo de salida que ha dado el Festival de Les Arts a la temporada de verano, en València, ahora llega el momento de disfrutar del resto de citas previstas. La ciudadanía, por fin, puede ya disfrutar de la música en directo en estado puro.
A lo largo de los meses de julio y agosto, el calendario lo completan el Arenal Sound (Burriana), Rototom o el FIB (Benicàssim), Mediterránea Festival (Tavernes de la Valldigna), o el Medusa (Cullera); entre muchos otros. Una larga lista de festivales que, tal y como destaca el secretario de turismo del PSPV-PSOE, Francesc Colomer, tienen un importante impacto en la economía valenciana.
Poder de resiliencia
Durante la pandemia los festivales han demostrado una amplia capacidad de resistencia y adaptación, pero además han contado con el apoyo del Consell de Ximo Puig. Recibieron una batería de ayudas directas, para contribuir a su mantenimiento, con una dotación de más de 2,3 millones de euros en los años 2020 y 2021.
En 2022 estos eventos musicales optan de nuevo a la línea de ayudas de empresas de Turisme Comunitat Valenciana. Un total de 2,5 millones de euros al impulso de festivales y eventos culturales y deportivos.
Un motor para el turismo
El poder de los festivales mueve fronteras, pero también la economía. Así lo explica Colomer, quien ha puesto en valor que «el éxito de un festival siempre viene alineado con la ciudad que lo acoge, su imagen, y las personas que lo organizan, y aquí han sabido acertar para dar con las emociones adecuadas».
Para el responsable de turismo «la música es un producto turístico también que forma parte de nuestra identidad y de nuestra mejor versión como territorio de acogida» y son un » reclamo para visitantes de primer orden».